martes, 21 de junio de 2016

REFLEXIONES, REIVINDICACIONES Y PROPUESTAS DEL SINDICATO DE UNIVERSIDAD DE FeSP-UGT

El pasado 10 de Junio de 2016 tuvo lugar en la Universidad de Jaén un acto académico titulado La educación en el corazón del cambio, organizado por la Sección Sindical de la Universidad de Jaén, con la intervención de Ángel Gabilondo (Ex ministro de Educación), Santiago Redondo (Sindicato de Universidad de la FeSP-UGT) y Alfonso Cruz (Vicerrector de Profesorado y Ordenación Académica de la Universidad de Jaén). En el marco de dicho acto académico, desde el Sindicato de Universidad de FeSP-UGT se efectuaron las siguientes reflexiones y propuestas para la mejora de las universidades españolas (a cuya formulación habían contribuido compañeros de diversas secciones sindicales):

1. Sobre el personal y los estudiantes de las universidades se razonaron las siguientes propuestas principales:

-La necesidad de que cada universidad defina con inmediatez su Relación de Puestos de Trabajo (RPT), de modo análogo al resto de organismos y administraciones públicas. La inexistencia de RPT en las universidades facilita la arbitrariedad en la dotación y asignación de plazas, y a menudo tiene como resultado una general devaluación de los puestos de trabajo y de los salarios (transformándose plazas permanentes en temporales, y puestos de trabajo con dedicación completa en plazas con dedicación parcial, etc.).
-La prioridad de compensar la precedente política de recortes del personal de las universidades con una urgente política de dotación de plazas, tanto de profesorado como de personal de administración y servicios. A estos efectos, UGT defiende una política contractual mixta, que incluya tanto plazas funcionariales como laborales, en consonancia con los diversos puestos de trabajo que deben cubrirse y con los perfiles y acreditaciones del personal de las universidades. Y rechaza cualquier intento de exclusividad por parte de las administraciones públicas en uno u otro sentido.
-Para el caso del PAS, urge la regulación formal de su carrera profesional, que prevea la posibilidad de evolucionar desde el estatus laboral al funcionarial, el reconocimiento de situaciones mixtas (por ejemplo, PAS con actividad docente o investigadora), y también, a efectos de enriquecimiento e internacionalización de las universidades españolas, la movilidad del PAS entre centros españoles y extranjeros.
-En relación con el PDI, es urgente también el establecimiento de un Estatuto del PDI, que normalice los sistemas de acceso y carrera profesional, tanto vertical (entre cuerpos o categorías distintas) como horizontal (dentro un mismo cuerpo o grupo laboral). Dicho Estatuto del PDI es imprescindible para dotar de contenido real a la promoción interna prevista en la ley, y para favorecer la motivación y mejora constante del profesorado; evitando a la vez la frecuente frustración y arbitrariedad que actualmente impera en esta materia (PDI acreditado por la ANECA u otras agencias autonómicas que no tiene la oportunidad de su promoción profesional, asignación discrecional por los rectorados de las pocas plazas de promoción que se producen, etc.). UGT también defiende la conveniencia de establecer una carrera académica diversificada, en función de las diversas necesidades y funciones de las universidades y de los intereses y perfiles múltiples del profesorado. Para UGT el profesorado debe realizar tareas docentes, investigadoras (I+D+i) y de relación con el entorno, pero creemos que no todo el PDI tiene porqué realizar exactamente las mismas actividades, sino que éstas se deberían definir con distintas intensidades y perfiles académicos,  a saber: un perfil principalmente  docente,  un perfil principalmente investigador, y un perfil mixto docente-investigador.  Los distintos perfiles deberían ser compatibles y complementarios, y en ningún caso suponer una discriminación de las diversas carreras profesionales del PDI.
-Por último, en relación con los estudiantes, nuestro sindicato reivindica la necesidad de que las universidades públicas garanticen una absoluta igualdad de oportunidades, que en ningún caso discrimine a los alumnos por razones económicas y sociales. Para ello UGT reclama la gratuidad de las matrículas universitarias,  y que se compensen las eventuales desigualdades mediante un número suficiente de becas, becas-salario, etc.

2. Sobre la dinámica y el funcionamiento cotidiano de las universidades se destacaron los tres aspectos fundamentales siguientes:

-Hubo amplia unanimidad acerca de que uno de los problemas más graves que aquejan a la universidad española, que debería acometerse decididamente, es su desbocada e injustificable burocracia. El personal de las universidades, tanto el PDI como el PAS, ve sobrecargada su actividad laboral cotidiana con un sinfín de exigencias burocráticas de dudosa utilidad y eficacia, a menudo duplicadas y contradictorias, procedentes de los diversos organismos implicados en la gestión universitaria: el nivel estatal, el de las Comunidades Autónomas y el de las propias universidades. Muchas de estas burocracias se orientan en mayor medida a las necesidades y la propia justificación ontológica de los organismos que las promueven que no a la mejora del funcionamiento académico en sí, en términos de verdaderamente favorecer la enseñanza universitaria, la investigación y la transferencia del conocimiento.
-UGT exige una pronta regulación y regularización de las mesas sectoriales de universidades (estatales, autonómicas y de cada universidad concreta),. La gestión de las universidades españolas no puede hacerse de espaldas a la participación experta y representativa de sus más de cien mil profesores y cincuenta mil trabajadores de administración y servicios.
-Reclamamos de las fuerzas políticas y del futuro gobierno de España un urgente pacto o estrategia española de universidades, que evite las constantes y transitorias ocurrencias, establezca un mapa definido de titulaciones, dé estabilidad suficiente a planes de estudios de grado, máster, doctorado, etc.; y que asimismo mejore la coordinación entre todos los organismos implicados en la dirección y gestión de las universidades (Estado, CCAA, y universidades).

3. Sobre la función, o el para qué, de las universidades, se reflexionó sobre un gran tema de fondo: el relativo a las enormes contradicciones existentes actualmente entre las múltiples funciones de conocimiento, culturales y sociales que cumple y debe seguir cumpliendo la universidad y, sin embargo, los sesgos puramente economicistas y cientificistas actualmente vigentes en la universidad.
A este respecto, se constató cómo las universidades, desde su tradición medieval más antigua hasta su desarrollo moderno, han ido incorporando, como sectores académicos, muy diversos ámbitos del saber, la cultura y la ciencia: filosofía, derecho, lenguas, historia, biología, farmacia, ciencias de la salud, psicología, educación, sociología, ingenierías, economía, arquitectura, artes, etc. Pese a esta complejidad y diversidad, el gran desarrollo que en la modernidad han tenido las ciencias experimentales y las tecnologías vinculadas a ellas ha producido un fuerte impacto en los discursos y formas del saber en su conjunto y, lógicamente, del funcionamiento de las universidades: por ejemplo, en la idea I+D, o que toda ciencia debe comportar aplicaciones; en una visión de la universidad como agente eminentemente económico, en estrecha vinculación con la empresa (que financiaría grandes proyectos tecnológicos, etc.); en una valoración y filtrado de casi todo conocimiento, y de casi todos los investigadores y pensadores, desde la óptica de su rentabilidad económica (el mejor investigador y los mejores equipos de investigación han venido a ser en muchos casos los que más financiación ingresan a su universidad…); y uno de sus derivados actuales más notorios en la universidad: el gran montaje y negocio de las valoraciones de calidad, índices de impacto…, regentados por multinacionales, revistas de pago, etc.

Frente a lo anterior, que es muy relevante y que en absoluto aquí se niega, una parte sustancial del saber y la cultura que gestionan y proyectan las universidades a sus estudiantes y a la sociedad en su conjunto (amplias parcelas de las humanidades, la educación, las lenguas, las ciencias sociales y jurídicas, las artes, etc.) no encajan directamente en las precedentes ópticas más economicistas y reduccionistas (“No es posible hacer entrar todos los pies en el mismo zapato”, Erasmo de Rotterdam, Adagios). Es decir, diversas áreas del saber y el conocimiento no tienen aplicaciones tecnológicas y empresariales directas, no producen ni permiten ganar dinero, no requieren grandes proyectos de investigación (a menudo son el resultado del trabajo de un solo investigador, literato, artista… o de un pequeño equipo de investigadores), no cuentan con muchas revistas de impacto formal en términos de índices internacionales, etc.

Todo lo anterior comporta una importante marginación e infravaloración de muchos ámbitos de conocimiento, y una gran contradicción y tensión en la universidad actual, que desde la perspectiva del Sindicato de Universidad de FeSP-UGT podría formularse de la siguiente manera: ¿A qué universidad aspiramos: a una universidad esencialmente al servicio del comercio y el dinero o a una universidad amplia y diversa al servicio de una sociedad culturalmente rica y de intereses múltiples? Creemos que este gran problema de fondo requeriría una reflexión profunda y participativa acerca de las vigentes contradicciones y dilemas, y una resolución equilibrada de los mismos. 

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