Interesante artículo que encontrareis en: http://bit.ly/1VhJGZG,
bajo el título “'Artifice or integrity in the marketization of research impact? Investigating the moral economy of (pathways to) impact statements within
research funding proposals in the UK and Australia'.”
En él se
indica que se ha generado durante los últimos años un cambio que lleva a los
profesores a orientarse cada vez más hacia la captación de fondos, hacia la consecución
de impacto en sus investigaciones y hacia un mayor rendimiento. Esa presión por
obtener resultados que no están en su mano les lleva a comprometer
o sacrificar su integridad en un intento de asegurarse ventajas
profesionales.
Continúa
diciendo el artículo que el modelo comporta una presión sistémica que modifican
los comportamientos de los sometidos a ella. Los académicos envuelven sus
investigaciones en marketing, lo que favorece las propuestas infladas, que
buscan seducir mucho más que describir, y que
convierten en indistinguibles las investigaciones de las exageraciones.
En este
nuevo gerencialismo (managerialismo), los
académicos son reclutados, promovidos y premiados, aseguran los
investigadores, con base en su capacidad de
captar ingresos.
Para mí, la
investigación en España está inmersa de lleno en lo que se indica en este
artículo. En España y en el Sistema Universitario Público Español, se implanto
la evaluación de la investigación de forma voluntaria cada 6 años (conocido
como sexenio) como complemento de productividad,
está claro que con el paso del tiempo este
inicial complemento de productividad se ha convertido en el “ser o no ser” del
profesor universitario: En su estabilización, en su promoción, en su
pertenencia o no a comisiones, en su capacidad para dirigir tesis doctorales,
en su capacidad para estar en tribunales, en su capacidad de conseguir fondos
en las convocatorias de investigación tanto nacionales como internacionales y
un largo etc.
El estudio
también indica claramente que esto ocurre en los países en los que se ha
realizado.
“El estudio
asegura que el problema aumenta en la medida en que estas exageraciones no sólo
proporcionan la subsistencia en el trabajo, sino que son también la principal
causa de progreso en la carrera profesional.”
Desde mi perspectiva, se pasa de tener un sistema
competente y cada día más competente a un sistema simplemente competitivo.
Las conclusiones del artículo, también nos permiten
entender un desfase que tenemos en España:
.- España se encuentra entre los 9-10 primeros países
del mundo con mayor producción científica.
.- Se
encuentra aproximadamente en el puesto número 30 en cuanto a capacidad de
innovación (Falta transferir conocimiento a la sociedad).
¿Algo está fallando?
No hay comentarios:
Publicar un comentario